Paréntesis, de Vicente Huidobro

Y tú, hombre de hoy, buscas la clave
De tus meditaciones graves,
Estrujas tu cerebro
Buscando el gran secreto
De todo el Universo.
Hombre, para llegar a todo
Ten más reposo,
Sé más poeta,
Deja aun lado tu ansiedad inquieta,
Cierra tus ojos ante el sol
-Pon en el acto una serena unción-
Y después de mirar un largo rato,
Verás bajo tus párpados
Un continuo girar de átomos.
Eso son todas las cosas en el Tiempo,
Eso es todo,
Eso es el Universo:
Un eterno girar contradictorio
A un punto fijo.

Medita, observa y otra vez medita,
Ese es el único camino
Que lleva a toda maravilla.

Busca el sentido de las cosas
Que encantan tu mirada ansiosa,
Búscalo por la parte más sencilla.

Todas las cosas salen de la tierra
Para volver a ella,
Todo lo que es el diario tráfago
Y tus ojos encanta:
Los tranvías, los carros
Los coches, los caballos,
Las lujosas y las pobres casas,
Los castillos de cuerpos y de almas
Salen de la tierra
A poner nuevas formas sobre el mundo,
A aumentar el tumulto,
A delinear siluetas en el aire
Y volver a la tierra alguna tarde.

La vanidad que arrastra por las calles
Su gan cola de armiño,
Todas las majestades graves
Que cruzan los caminos,
Todo, todo
Lo que viste de oro,
De mármol o de seda
Viene de la tierra, va a la tierra.

¿A qué tanto afanarse?
¡Oh! Sí; es la vida que gusta engalanarse.
¿No lo sabéis? Es el progreso,
El más noble acicate del cerebro.

Es tierra, solamente tierra
Que da la Naturaleza,
Es un pequeño alargamiento que ella
Deja salir de sus enormes fuerzas
Y queda aguardando que a su seno vuelva.

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