No te volveré a ver

Hoy que llueve te recuerdo.
La lluvia de esa tarde
exigía esconderse,
refugiarse.

Así lo hice,
como al hombre
que le recomiendan
no hacer.

Me pregunté quién eras tú
y cómo podías caminar
por encima del agua.

Fuiste acercándote
y traté de preparar un
par de palabras.

Eras una mujer
que venía de cien
batallas.

Alzaste a ver quién era yo:
otra cosa del común
y volviste a clavar tu mirada
en el suelo.

Tu forma de vivir las
consecuencias
Te han hecho hermosa.

Veía cómo tus piés
se bañaban en el lodo
y quería que escamparas
al lado mío.

Un par de minutos.

Cuando regresé,
ya ibas a la vuelta
de la esquina…

… demostrándome lo que
sabía desde el inicio:
que no te alcanzaría.

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